La XXI de Santiago, contempla el desarrollo de la competencia profesional y la formación continuada a lo largo de la vida laboral, como elementos estratégicos de la organización, siendo base fundamental para el desarrollo del sistema sanitario y la mejora permanente de la calidad de los servicios que presta a los ciudadanos.
En este sentido, lo dar respuesta de forma completa y eficaz a las necesidades cambiantes del usuario y de la sociedad, convierten a la docencia, la formación y a la investigación en pilares fundamentales que adecúan de manera permanente las competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) a los objetivos asistenciales y organizativos de nuestra organización, así como a las aspiraciones e inquietudes de los trabajadores, garantizándose su capacitación y adaptación a las exigencias científicas, tecnológicas y de gestión actuales.