La docencia, tanto pre como post grado, en un hospital universitario cómo el nuestro, supone un eje clave, central, y la garantía además no solo de generación de valor y futuro, sino de captación de valor para nuestra propia institución. El nefasto momento por el que pasa la Universidad española en general, con fundamentos arcaicos, endogámicos, finalidad de subsistencia, con políticas de visión local o regional y sin casi espíritu autocrítico, agravados por un modelo no sostenible en un mal momento económico para el país, se objetiva por la falta de representación española en cualquier listado internacional de calidad de universidades por encima del puesto 200. Con todo, esto no debe servir de excusa para dejar la docencia en un segundo plano, ni tampoco impide que existan grupos, secciones o servicios que estén al máximo nivel internacional en la esfera docente, a pesar de esta falta de prestigio de la universidad española. Por todo ello, la docencia es y será un pilar fundamental de nuestro Servicio, también a nivel pregrado, y queremos contribuir a su refundación y redefinición profunda.
A nivel pregrado, a través de la revisión y reforma profunda del modelo vigente.
A nivel posgrado, promocionando y exigiendo el papel docente del profesional sanitario que trabaja en un centro universitario y que debe colaborar en la formación del residente, y potenciando la realización de tesis doutorales de calidad aprovechando la excelencia investigadora, paliando así la pérdida de valor de la tesis doctoral en el baremo de méritos, pero también en el prestigio de la misma en comparación con otras disciplinas y otros países.
A nivel de prestigio y visibilidad exterior, potenciando las líneas docentes que funcionan y tienen prestigio en el exterior, pivotando sobre planes de excelencia docente internacional o complementario a proyectos de investigación internacionales, utilizando sociedades científicas (AEP, SIN, SECIP, SEIP, SEICAP, ESPID, ESCMID, etc.) o altas instituciones (con la Organización Mundial de la Salud a la cabeza).
A nivel enfermos y sus familiasb>, queremos contribuir a un empoderamiento racional del enfermo, a través de la presencia educativa de la Pediatría y la colaboración activa y organizada en la promoción general de conocimiento general o específico pediátrico en las distintas asociaciones de enfermas, pero también, desarrollando en nuestro medio los equivalentes a los YPAG (Young Patient Advisory Group), lo que vendrían a ser Comités Asesores de Pacientes Jóvenes (CAPJ), inexistentes en nuestro medio.